DIABETES MELLITUS TIPO 2 (DM2)

Es la enfermedad endócrina más frecuente, 1 de cada 11 adultos en todo el mundo tiene diabetes mellitus tipo 2, lo que genera gran impacto sanitario por su severidad y diversidad de complicaciones crónicas.

DEFINICIÓN
La diabetes mellitus tipo 2 es una enfermedad metabólica crónica, producida por un defecto en la secreción y/o acción de la insulina, y se caracteriza por hiperglicemia crónica con alteración en los hidratos de carbono, grasas y proteínas.

¿Qué es el páncreas? Es una glándula localizada detrás del estómago y por delante de la columna, donde se sintetizan hormonas encargadas de regular nuestros niveles de azucar en sangre (glicemia). La principal hormona es la insulina, se encarga de que la glucosa procedente de los alimentos sea utilizada por diferentes tejidos, se almacena en las células y se utiliza posteriormente como fuente de energía.

EPIDEMIOLOGÍA
A nivel mundial el número de personas con DM2 se ha cuadruplicado en las últimas décadas, aproximadamente 1 de cada 11 adultos en todo el mundo la padece.

Es el tipo más común de diabetes y por lo general ocurre en adultos. Sin embargo va en aumento su frecuencia en niños y adolescentes.

En Uruguay, según encuesta realizada en 2013, la prevalencia era del 6% entre los 15-64 años de edad, pero aumenta al 16% cuando se reduce el rango a 55-64 años.

¿CUALES SON LAS CAUSAS? El desarrollo de DM2 es multifactorial, los factores ambientales son los que tienen mayor impacto, como el sobrepeso, obesidad, sedentarismo y el mayor consumo de alimentos ultraprocesados (altos niveles de grasas saturadas o azucares refinados). Esto genera a nuestro organismo un ambiente de resistencia a la insulina, lo que significa que su funcón de llevar la glucosa a nuestras células está alterada y por lo tanto la glucosa se acumula en la sangre generando un aumento de la misma (hiperglicemia).

CUADRO CLÍNICO Y DIAGNÓSTICO

Las personas con DM2 generalmente no presentan síntomas al diagnóstico. Sin embargo, cuando la glicemia esta muy elevada aparecen síntomas agudos como pérdida de peso, aumento de la sed y hambre, aumento en la frecuencia de orinar.

La DM2 tambíen genera complicaciones crónicas, las cuales pueden estar presentes desde el diagnóstico. Las más frecuentes son las siguientes:


Macrovasculares: Infarto al corazón, accidente cerebrovascular (ACV), arteriopatía obstructiva en los miembros inferiores.

Microvasculares: Daño en los nervios  de las extremidades (neuropatía), lesiones en pies por disminución en la sensibilidad; daño ocular con disminución en la visión; enfermedad renal crónica.

El diagnóstico de DM2 se realiza mediante análisis de sangre y se utilizan los siguientes criterios:

Los 3 primeros criterios se deben confirmar repitiendo la misma prueba u otra para realizar el diagnóstico (se necesitan dos pruebas alteradas); mientras que el último criterio no necesita confirmación. El contexto del diagnóstico debe ser sin estar cursando infecciones o recibiendo tratamiento con glucocorticoides, ya que éstos elevan la glicemia.

☆ Nace DiabeteMo2, curso multidisciplinar para profesionales médicos sobre  diabetes mellitus tipo 2¿CUÁL ES EL TRATAMIENTO? La modificación del estilo de vida, incluida la pérdida de peso, el aumento de la actividad física y la adopción de una dieta saludable, sigue siendo una de las estrategias de primera línea para el tratamiento de la DM2. Sin embargo, en la actualidad dado que la mayoría no cumple con esta condición, se indica de forma complementaria como primera línea a la metformina. Es una medicación que se ingiere via oral y tiene un beneficio pontencial tanto para la mejoría del control metabólico como para la disminución de la morbi-mortalidad cardiovascular. La dosis efectiva máxima es entre 1500-2000 mg/día, dividida en dos o tres tomas con las comidas principales. Es muy importante comenzar con un comprimido al día durante la primera semana y luego ir aumentando progresivamente, de esta forma se disminuyen los efectos gastrointestinales. Dosis mayores no tienen más efectividad.
Existen diversos medicamentos adicionales, se utilizan asociados a la metformina cuando el control glúcemico del paciente no alcanza el objetivo y la elección de los mismos es individualizada. Los más recomendados por sus beneficios cardiovasculares, renales y control de peso son la empaglifozina y liraglutide. Sin embargo, son de alto costo y para los que no pueden acceder se opta por otros como glimepirida, glicazida, sitagliptina, etc; éstos disminuyen la glicemia pero tienen efecto neutro en lo cardiovascular. Por último, el tratamiento con insulina tambíen está indicado en pacientes seleccionados.

SEGUIMIENTO
El objetivo del tratamiento no es solo el control de la glicemia, sino tambíen el control de las complicaciones crónicas, y de los factores de riesgo cardiovasculares asociados (obesidad, hipertensión, alteración en el colesterol, tabaco, alcohol, entre otros).  
El seguimiento es clínico y paraclínico, multidisciplinario e individualizado a cada paciente.

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