INTRODUCCIÓN
Los cambios en el estilo de vida (alimentación saludable, ejercicio y terapia conductual) son los pilares del tratamiento de la obesidad. Sin embargo, se plantea terapia farmacológica adicional cuando existen adversidades para lograr el objetivo de descenso ponderal. Recientemente, se ha descubierto la capacidad de los análogos de GLP-1 de enlentecer el vaciamiento gástrico, aumentar la saciedad y activar la termogénesis, todo lo que produce pérdida de peso.
DISCUSIÓN
El tratamiento farmacológico de la obesidad está indicado en personas con un ≥ 30 kg/m2 o ≥ a 27 kg/m2 con comorbilidades asociadas, y que no han alcanzado el objetivo de pérdida de peso en 3 a 6 meses a pesar de cambios en el estilo de vida.
En la actualidad, los fármacos agonistas del receptor del péptido 1 similar al glucagón (GLP-1RA) son prometedores para el tratamiento de la misma, representados principalmente por el liraglutide (nombre comercial Saxenda o Victoza) y el semaglutide (nombre comercial Ozempic o Wegovy). Los GLP-1 se desarrollaron inicialmente para el tratamiento de la diabetes tipo 2, pero se descubrió que eran eficaces no solo para reducir los niveles de glucosa en sangre sino también para el peso corporal. Éstos, contribuyen a limitar la ingesta calórica a través del aumento de la saciedad, reducción del apetito y el comportamiento compulsivo por los alimentos.
Después de 56 semanas, liraglutide produjo una reducción de peso del 8% comparado con un 2.6% con placebo. El 63% de los pacientes lograron perder al menos un 5% del peso con liraglutide y el 33% perdieron más del 10%. En cuanto al semaglutide, aproximadamente un 88% perdieron ≥ 5% peso corporal, 70% perdieron ≥ 10% y alrededor del 50% alcanzaron pérdidas > 15% del peso inicial.
CONCLUSIONES
La obesidad es una enfermedad crónica que requiere de una aproximación terapéutica que permita una disminución de peso significativa de manera persistente, con la finalidad de reducir el impacto de las comorbilidades asociadas.
Se demostró que los GLP-1 reducen el apetito al tiempo que aumentan la saciedad, tanto el liraglutide como el semaglutide son efectivos para promover una reducción ponderal clínicamente relevante, con el beneficio adicional de mejorar el control glucémico y disminuir el riesgo cardio-renal-metabólico.